La última final de la Champions League, entre Real Madrid y Liverpool, estuvo marcada por la negligencia de las autoridades francesas. Esta se tradujo en graves incidentes en la que los fanáticos resultaron expuestos a un gran peligro físico, en vista de que todos los responsables cometieron errores.
Así lo indica la comisión de investigación independiente que ordenó la UEFA, tras aquellos disturbios del 28 de mayo de 2022, en los aledaños del Estadio de Saint-Denis; tal como reseña la agencia de noticias Efe.
Esa comisión, compuesta de expertos, universitarios, juristas y representantes de asociaciones de aficionados, considera que la UEFA, las autoridades francesas, la Federación Francesa de Fútbol y varios ministros, «actuaron de forma irresponsable» al negar su responsabilidad.
Negligencia de las autoridades en Saint-Denis
Las conclusiones indican que los organizadores no tomaron en consideración las consecuencias de hacer más pequeños los accesos para controlar los riesgos terroristas. Esto expuso a españoles e ingleses a situaciones de riesgo por aplastamiento.
La seguridad pretendía evitar un enfrentamiento entre ambas aficiones. Un riego irreal, porque la mayoría de los fanáticos eran pacíficos. En este sentido, se olvidaron de afrontar los peligros que suponía la delincuencia que tradicionalmente sufren los seguidores en Francia. Sobre todo, en Saint-Denis.
Este informe, de 151 páginas, desmiente a Gérald Darmanin, ministro del Interior, quien habló de «fraude masivo» de entradas; que los autores consideran que no se trata de «un problema exagerado», por lo que consideran «irresponsable» al miembro del Gobierno; tal como indica Efe.
Disturbios en la final de la Champions League
Durante horas, los fanáticos estuvieron expuestos a la delincuencia, sin que actuara la policía. Esto multiplicó las agresiones. Cuando la tensión aumentó, la policía optó por usar gases lacrimógenos, una solución poco apropiada y dictada por la falta de efectivos.
El viento empujó esos gases a una zona donde esperaban de forma pacífica miles de aficionados ingleses, que llevaron a cabo una estampida. Los agentes respondieron con gas mostaza, «un producto que no tiene cabida en la fiesta del fútbol; totalmente inapropiado y desproporcionado, además de potencialmente letal».
Por un error de traducción se colocaron cientos de agentes en el césped; mientras faltaban efectivos en los alrededores para ayudar a la evacuación, cuando los presentes quedaron expuestos a los delincuentes, concluye Efe.