La Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) reveló en un informe que el 44% de los futbolistas que disputó el Mundial de Catar 2022 sufrió de fatiga física extrema. Además, logró evidenciar que un 54 % de lo jugadores sufrió una lesión o sintió una mayor probabilidad de lesionarse esta temporada.
Este informe, publicado conjuntamente con Football Benchmark, examinó el impacto de la carga de trabajo de la competición, en una encuesta realizada a 64 jugadores. Estos datos demuestran que el 20 % sintió «niveles sumamente elevados de fatiga mental y emocional».
Fatiga física extrema tras el Mundial
De hecho, el tiempo de preparación previo ni el de recuperación posterior llegaron a ser suficientes para los jugadores encuestados. Y es que el 86 % afirmó haber contado, al menos, con 14 días de preparación; y el 61% con la misma cantidad de días para recuperarse.
El estudio evidenció que el tiempo de preparación descendió hasta una media de siete días, frente a la media de 31 días para ediciones anteriores. El tiempo de recuperación antes de reanudar los partidos de liga alcanzó un promedio de ocho días, ante los 37 que hubo como promedio en otros mundiales.
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Además, la encuesta analizó el aumento en el tiempo de adición de los partidos, el cual ascendió a 11.6 minutos: desde los 7.3 minutos que se registraron en el Mundial de Rusia 2018. De aplicarse un tiempo extra de 11.6 minutos, a los duelos en todas las competiciones, equivaldría a tres partidos completos extra por campaña para un futbolista de élite.
FIFPro cuestiona el promedio de minutos
El secretario general de FIFPro, Jonas Baer-Hoffmann, destacó que la investigación muestra la manifestación de demandas excesivas sobre los jugadores; en la que se aprecia «una concienciación creciente entre los jugadores, acerca de los efectos nocivos que esas presiones ejercen en su rendimiento, carreras y vidas personales».
«Comprenden que no es sostenible. Los efectos sobre su salud física y mental operan en un calendario de partidos que les deja expuestos; que no ofrece ni siquiera las protecciones mínimas frente a las demandas que les impone un ciclo acelerado de competiciones deficientemente coordinadas», expresó.
En este sentido, cuestionó que «los debates actuales acerca del calendario de partidos y el diseño de la competición, posteriormente a 2024, repiten el plan de acción de priorizar objetivos comerciales a las necesidades básicas de seguridad y salud de los futbolistas de élite».