En el fútbol, como en la mayoría de las disciplinas deportiva, nada es definitivo hasta el último minuto. Una muestra de esto es que el PSG tuvo contra las cuerdas al Real Madrid durante gran parte de la eliminatoria; pero los errores defensivos, la nula capacidad de reacción y, sobre todo, la falta de grandeza volvieron a pasarle factura. Algo que le sobra a los blancos, que por algo tienen 13 Champions League en su haber.
A los parisinos ni siquiera le bastó con juntar a Messi, Neymar y Mbappé, la que por nombres es la mejor delantera del mundo, para trascender. Sin contar que para esta temporada también ficharon al mejor arquero de la Eurocopa (Donnarumma), al mejor lateral derecho de la Serie A (Hakimi), al ex capitán del Real Madrid (Sergio Ramos, que no jugó por lesión), al lateral izquierdo más destacado de Portugal (Nuno Mendes) y al box to box por excelencia de los Países Bajos (Wijnaldum, que se quedó en el banquillo).
Tras superar la ida con festejo en solitario de Mbappé, todo parecía indicar que el PSG se impondría en la vuelta. Y no solo por sus individuales, sino también porque el Real Madrid empezaba con desventaja: no pudo contar con Casemiro ni Ferland Mendy por sanción. Inclusive, los dirigidos por Mauricio Pochettino empezaron ganando en el Santiago Bernabéu, también con gol de Kylian.
El PSG carece de grandeza
A la hora del partido es cuando se nota la fragilidad mental del PSG y la grandeza del Real Madrid, un factor determinante en esta clase de competiciones. Todo empezó por un mal control de Donnarumma. Ante la presión de Benzema, el meta italiano perdió el equilibrio y despejó el balón hacia los pies de Vinicus. El brasileño descargó con Benzema, quien remató sin marca encima. El escudo vikingo ya empezaba a pesar.
En una pérdida de Neymar en campo contrario apareció Luka Modric. A pesar de sus 36 años de edad, el croata se comió la mitad de la cancha, habilitó a Vinicius, recibió al borde del área y con un pase quirúrgico asistió a Benzema. La debacle parisina ya era evidente, al punto de dejarse robar la esférica en el saque inicial y permitir que Karim volviera a inflar las redes. El plantel de las estrellas terminó estrellado en los octavos de final, tal como en aquella eliminatoria contra el Barcelona, Manchester United o Chelsea.
Solo bastaron 17 minutos para que el Real Madrid le diera la vuelta al marcador. El PSG fue incapaz de generar peligro y maniatar a Courtois en los minutos restantes. Es más, terminó haciendo el ridículo en la Casa Blanca, lugar que podría convertirse en el nuevo hogar de Mbappé y donde Messi volvió a decepcionar.
¿Quién es el culpable de este fracaso? Lo más sencillo es señalar al entrenador, en vista de que es injustificable contar con un plantel repleto de figuras y perder la ventaja de tal forma. Sin embargo, el análisis debe ir más allá, porque Pochettino mostró un planteamiento correcto, pero los errores le costaron la eliminación. Este cruce demostró que los millones no son suficientes para reinar en Europa. La mística, historia y grandeza no tienen precio.
Por Manuel Alejandro Ramírez | @manuramirez95