En México, Colombia o Brasil, Germán Cano es sinónimo de gol. De madre cocinera y padre zapatero, el delantero argentino, que prácticamente es un desconocido en su país, es el delantero de moda en América. De hecho, en lo que va de 2023 tiene más goles que Erling Haaland.
A sus 35 años de edad, vive uno de los mejores momentos de su carrera, con Fluminense. Su temporada empezó como terminó la anterior: haciendo goles. Sumando todas las competiciones, ya alcanzó las 24 dianas en 23 compromisos; es decir, tiene más goles que partidos jugados.
El triplete que le marcó a River Plate, en la fase de grupos de la Copa Libertadores, ha deslumbrado dentro y fuera de Brasil. Y es que todavía no se explica el porqué nunca ha sido convocado para la selección argentina.
Pero Cano no se obsesiona con una hipotética llamada de Lionel Scaloni. Sabe que la Albiceleste, campeona del mundo en Catar, tiene un equipo armado en el que todos actúan bien, tal como declaró en una radio argentina.
Además, tiene claro que no quiere regresar a su país de origen, de donde salió muy joven de las filas del Lanús, frente a la falta de oportunidades que sí le dieron en el extranjero.
La historia de Germán Cano
Cano, Nacido en Lomas de Zamora, en enero de 1988, proviene de una familia de escasos recursos. De niño competía en una escuela de fútbol todos lo fines de semana, en los que se ganaba unas monedas para ayudar en su casa.
También ayudaba a su padre a cortar los cordones de los zapatos que confeccionaba. Y lo que empezó como un juego entre amigos se convirtió en un estilo de vida, pues a los 9 años de edad aterrizó en la sede de Atlético Lanús.
Su madre consiguió empleo como personal de servicio del equipo granate. Germán, por su parte, ayudaba a cocinar y repartir comida para los niños en la temporada de invierno.
En 2008 debutó con el primer equipo de Lanús, que venía de ser campeón. Eclipsado por la presencia de José «Pepe» Sand, quién aún forma parte de la plantilla, Cano probó suerte en Chacarita Juniors y Colón, pero se marchó sin pena ni gloria.
Experiencia en el extranjero
Al contar con poco protagonismo, hizo las maletas rumbo a Colombia, donde jugó para Deportivo Pereira. Luego de un breve paso por el club paraguayo Nacional, se destapó como un goleador implacable con Independiente Medellín (DIM) en 2012.
Se marchó en 2015 a México, con Club Pachuca. Allí tuvo la mala suerte de romperse los ligamentos de la rodilla y estuvo fuera de las canchas por medio año. Después lo cedieron al Club León, pero no terminó de adaptarse.
Disgustado, regresó al DIM 2018 y volvieron los goles. Ese año se consagró como máximo artillero de los torneos Apertura y Finalización. En 2019 levantó su primer título: la Copa de Colombia.
Para aquel entonces nació su hijo Lorenzo, al que dedica todos sus goles haciendo una «L» con los dedos de la mano. Se trata de un gesto que ha causado cierto alboroto en Brasil, pues muchos lo confundieron como una referencia hacia el hoy presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
German Cano se mudó a Río de Janeiro en 2020, para jugar con un Vasco da Gama. Pese a la crisis institucional que atravesaba el club, el argentino se convirtió en un ídolo de la afición, puesto que estuvo dispuesto a jugar en segunda división cuando el equipo había descendido.
Tras finalizar su contrato, en 2022 llegó como agente libre a Fluminense. En su primera campaña acabó como máximo goleador del Campeonato Brasileño (26) y la Copa de Brasil (5). Para este curso ya suma más festejos que Erling Haland.
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